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El murciano no guarda completa uniformidad
lingüística en todo su ámbito territorial, por lo que, atendiendo a los
caracteres más salientes, podemos distinguir, de forma aproximada, los siguientes sectores comarcales:
1) N.E.: Almansa, Caudete, Villena, Sax, Yecla, etc.
2) S.E.: Hondón de los Frailes, Albatera, San
Fulgencio, Rojales, Torrevieja y el resto de la Vega Baja, excepto Guardamar del
Segura.
3) S.: Campo de Cartagena, la comarca del Mar Menor y Mazarrón.
4) S.O.: Totana, Lorca, Puerto Lumbreras, Águilas, comarca de Los Vélez, Huércal-Overa,
Vera y Cuevas del Almanzora.
5) N.O.: La comarca del Noroeste/Tierras Altas, Socovos, Nerpio, Férez, Yeste,
Elche de la Sierra, Santiago de la Espada, Huéscar, Cúllar, Pontones, etc. |
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6) Central: Vega Media y Alta del Segura, la Huerta de Murcia y la comarca del
Río Mula.
7) N.: Jumilla y Campos de Hellín.
8) Istán (Málaga): Localidad repoblada
por numerosos murcianos tras la
Reconquista.
* Tradicionalmente al murciano hablado en los sectores Central y SE se le ha
llamado panocho.
** Es de especial interés el valenciano hablado en El Carche, área enclavada
dentro de los municipios de Yecla, Jumilla y Abanilla, hecho que enriquece
enormemente nuestro patrimonio lingüístico.
Entre las diversas variedades murcianas, hay ciertas notas diferenciadoras, tanto en la fonética como en
el
vocabulario de algunos campos semánticos, apareciendo rasgos de transitoriedad
lingüística, según la población se encontrara próxima a las fronteras del
aragonés, castellano, valenciano-catalán o mozárabe.
Estas zonas de diferenciación están caracterizadas por variedades léxicas
(temáticas y económicas, sobre todo, relacionadas con la huerta, el campo, las
minas, la pesca...) y fonéticas (éstas menos numerosas). Muchas palabras y
fonemas tienen su localización peculiar, y aún suelen aislarse en puntos
esporádicos. Vocablos arcaicos o matices de pronunciación, por un fuerte arraigo
tradicional, perduran en esta o aquellas comarcas, mientras en otras han
experimentado alteraciones y cambios, o han sido substituidos por sinónimos
equivalentes.
Pero el hecho más saliente y curioso es la evolución que han tenido muchas
voces de origen catalán-valenciano al irse corriendo desde la frontera
E a la O, pudiéndose observar cómo la enérgica fuerza castellanizante
del murciano occidental las ha transformado con simples procedimientos
semánticos o fonéticos. Por ejemplo, la palabra espolsar (= sacudir, de
cat. "pols", polvo) es usada en la parte oriental mientras que en la parte
occidental pasa a decirse espulsar debido a una falsa asociación con el
verbo castellano "expulsar".
El seseo, o permuta del sonido interdental <c> y <z>
por el alveolar fricativo sordo de /s/, se conserva en algunas
comarcas de la parte levantina y meridional del mapa filológico murciano (Vega
Baja y Campo de Cartagena); pero, a través de
algunas confusiones en la parte central, se extingue por completo en el
N.O.
En cuanto a la distribución geográfica del yeísmo y lleísmo, aquél
es siempre usado en los centros urbanos más poblados, mientras el
lleísmo sólo suele emplearse en los pueblos, aldeas y comarcas rurales.
La pérdida de la i postónica en el sufijo -ísimo de los
superlativos, usual en la parte N y N.E.,
es menos usual en la zona más meridional.
[ESCARCULLES
REMANIENTES A LAS VARIEÁS D'ER MURCIANO]
[ESCREBIORES
Y LLINGÜISTAS POR VARIEÁ COMARCAL] |